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El frigorífico es uno de los electrodomésticos más importantes de nuestro hogar, ya que nos permite conservar los alimentos frescos y seguros. Sin embargo, con el uso y el paso del tiempo, puede presentar algunos fallos que afecten a su funcionamiento y a nuestra factura de electricidad. Por eso, es importante que sepamos cómo detectar y solucionar estos problemas, y que contemos con un servicio técnico de confianza que nos ofrezca repuestos de frigorífico originales y garantizados.
En este artículo, vamos a ver cuáles son los problemas más comunes que puede tener tu frigorífico, cómo solucionarlos tú mismo o cuándo debes llamar a un profesional. También te vamos a dar algunos consejos para mantener tu frigorífico en buen estado y alargar su vida útil.
Problemas más comunes del frigorífico y cómo solucionarlos
Los problemas más comunes que puede tener tu frigorífico son los siguientes:
No enfría lo suficiente o no enfría nada
Esto puede deberse a varias causas, como un fallo en el termostato, en el compresor, en el ventilador o que tengas un burlete de frigorífico roto (y por tanto haya una fuga).
Para solucionarlo, lo primero que debes hacer es revisar la temperatura del frigorífico y ajustarla si es necesario. Lo ideal es que esté entre 3 y 5 grados centígrados en el compartimento refrigerador y entre -18 y -20 grados en el congelador. Si la temperatura es correcta pero el frigorífico sigue sin enfriar, puede que haya una fuga de gas refrigerante, causado por un burlete de frigorífico dañado o un bloqueo en el evaporador. En ese caso, debes consultar con un servicio técnico especializado y comprar buenos repuestos de frigorífico.
Consume mucha energía o hace mucho ruido
Estos síntomas pueden indicar que el frigorífico está trabajando más de lo normal para mantener la temperatura adecuada. Esto puede deberse a una falta de limpieza o mantenimiento del aparato, o a un problema en el motor o en el compresor. Para solucionarlo, lo primero que debes hacer es limpiar bien el frigorífico por dentro y por fuera, especialmente la parte trasera donde se encuentra el condensador.
También debes revisar que el burlete de frigorífico esté en buen estado y que no haya ningún objeto que impida el cierre correcto. Si el problema persiste, puede que haya que cambiar alguna pieza como el motor o el compresor.
Tiene mal olor o produce hielo
Estos problemas pueden deberse a una mala conservación de los alimentos o a una falta de ventilación del frigorífico. Para solucionarlo, lo primero que debes hacer es revisar la fecha de caducidad de los alimentos y tirar los que estén en mal estado. También debes limpiar bien el interior del frigorífico con agua y vinagre o con un producto específico para eliminar los malos olores.
Si hay mucho hielo en el congelador, debes descongelarlo periódicamente para evitar que se acumule y dificulte el funcionamiento del aparato. Para ello, puedes usar un secador de pelo o dejar que se descongele solo con el frigorífico apagado.
Consejos para mantener tu frigorífico en buen estado
Además de solucionar los problemas que pueda tener tu frigorífico, también es importante que sigas estos consejos para mantenerlo en buen estado y alargar su vida útil:
Limpia tu frigorífico al menos una vez al mes por dentro y por fuera
Usa un paño húmedo con agua y jabón o con un producto específico para frigoríficos. No uses productos abrasivos ni estropajos que puedan dañar la superficie. Limpia también las juntas de la puerta con un cepillo suave o con un bastoncillo de algodón.
Ajusta la temperatura del frigorífico según la estación del año y el tipo de alimentos que guardes
En verano, puedes bajar un poco la temperatura para compensar el calor exterior. En invierno, puedes subirla un poco para ahorrar energía. También debes tener en cuenta que los alimentos frescos necesitan una temperatura más baja que los congelados o los envasados.
Organiza bien los alimentos en el frigorífico y respeta el espacio entre ellos
No llenes demasiado el frigorífico, ya que eso dificulta la circulación del aire y el enfriamiento uniforme. Coloca los alimentos más perecederos en la parte más fría, que suele ser la inferior o la trasera. Coloca los alimentos más duraderos en la parte más cálida, que suele ser la superior o la delantera. Deja un espacio de unos 5 centímetros entre los alimentos y las paredes del frigorífico.
No introduzcas alimentos calientes o líquidos sin tapar en el frigorífico
Espera a que se enfríen a temperatura ambiente antes de guardarlos. De lo contrario, pueden aumentar la temperatura del frigorífico y provocar condensación o hielo. También debes tapar bien los alimentos o usar recipientes herméticos para evitar que se sequen o que se mezclen los olores.
Descongela tu frigorífico cada 6 meses
El hielo reduce el espacio disponible y el rendimiento del frigorífico, y aumenta el consumo de energía. Para descongelarlo, apaga el frigorífico y vacíalo por completo. Coloca un recipiente bajo el desagüe para recoger el agua que se vaya derritiendo. Puedes usar un secador de pelo o un paño caliente para acelerar el proceso, pero nunca uses objetos punzantes o cortantes que puedan dañar el evaporador.