Las pruebas de aceptación del usuario, o UAT para abreviar, son parte del desarrollo de software. El proceso está al final y verifica la facilidad de uso de la nueva aplicación. Es importante que se hagan las preguntas correctas y se encuentren los probadores correctos.
Al final del desarrollo del software, se realizan pruebas exhaustivas para poder publicar el resultado lo más libre de errores posible. La prueba de aceptación del usuario es el último paso, que tiene lugar después de probar todas las funciones, las unidades involucradas, la integración de otras soluciones y el sistema en general.
Como sugiere el nombre, se trata de determinar la aceptación del usuario. En términos simples, se deben encontrar respuestas a las siguientes preguntas:
- ¿El desarrollo cumple con las expectativas de los usuarios?
- ¿El resultado responde a los deseos de los usuarios?
Si una de las dos respuestas es “No”, se deben determinar las razones de esto para poder identificar posibles soluciones.
Componentes de las pruebas UAT
La aceptación del usuario generalmente se determina en base a los siguientes criterios:
- ¿Está garantizada la usabilidad? Entonces, ¿puede un usuario utilizar el software sin mucha formación?
- ¿El software se comporta como los usuarios esperan en cada momento? Por ejemplo, ¿es coherente el lenguaje de diseño?
- ¿El software está funcionando lo suficientemente bien como para llevar a cabo todas las tareas con la suficiente rapidez que los usuarios suelen querer hacer al mismo tiempo?
- ¿Falta alguna función que los usuarios realmente esperan? Aquí suelen ser pequeñas cosas, como el deseo de poder imprimir determinados formularios, etc.
- ¿Los materiales de apoyo proporcionados son comprensibles y útiles para los usuarios? Por ejemplo, los recursos que son demasiado extensos a menudo no se leen y, por lo tanto, son inútiles, por muy fáciles de entender que sean.
Procedimiento de las pruebas para la aceptación del usuario
Las pruebas de aceptación del usuario a menudo se denominan pruebas beta o de usuario final. En otras palabras, se trata de procesos en los que el software se pone a disposición de un determinado público antes de su publicación. El objetivo es acercarse lo más posible a una «aplicación del mundo real». Por lo tanto, no se selecciona cualquier usuario, sino aquellos usuarios que realmente trabajarán con el software más adelante.
En el caso de las soluciones convencionales, como los nuevos sistemas operativos, a menudo se lleva a cabo una fase beta abierta, ya que deben recopilarse tantas impresiones como sea posible de diferentes grupos de usuarios. En el caso del software desarrollado en nombre de los clientes, por otro lado, solo se invita a las personas adecuadas.
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La fase de prueba comienza cuando el equipo de desarrollo indica que se han incorporado todos los requisitos conocidos y se han eliminado los errores más graves. También debe incorporarse un procedimiento que envíe informes a los desarrolladores a intervalos cortos. Algunas empresas también dividen la UAT en cuatro o cinco fases:
- 1. Beta: Se comprueba el cumplimiento general de expectativas.
- 2. [Opcional] Aceptación del contrato para el desarrollo en nombre del cliente: ¿Se cumplen todos los requisitos estipulados contractualmente?
- 3. Aceptación de la normativa: ¿El software cumple con la normativa general?
- 4. Aceptación de la operación: ¿El software funciona con los flujos de trabajo típicos de los usuarios?
- 5. Aceptación de caja negra: los probadores verifican cualquier función sin conocer el código del software.